Lusty teen Mai Thai gets her every fantasy fulfilled when Rasty lays her down on the couch and pulls her top down to suckle her puffy nipple small boobs. Flipping up her short miniskirt, Rasty pulls aside Mai’s panties and goes to town licking and sucking her bare pussy. He pays special attention to Mai’s pierced clit, which he knows will double her pleasure!
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After Mai has repaid the favor of lingering oral sex with a hot horny blowjob, she takes things to the next level. Straddling Rasty’s lap, the Asian goddess slides down onto his hard stiffie and then goes to work. Her hips bump and grind as she works for her own pleasure and Rasty’s. When Rasty lays her down on her back and starts pounding away at her juicy fuck hole, Mia gives up control and moans her way to cumming.
Getting on her hands and knees, Mia lets Rasty take her to the next level one more time before hopping back into his lap for one last wild ride on Rasty’s fuck stick. When she’s finally satisfied, she gets down and starts sucking. Her soft warm mouth and talented small hands are just what Rasty needs to lose control and jizz deep in Mia’s mouth, where she happily swallows his salty essence.
La adolescente lujuriosa Mai Thai hace realidad todas sus fantasías cuando Rasty la acuesta en el sofá y tira de ella hacia arriba para amamantar sus pequeñas tetas hinchadas. Levantando su pequeña minifalda, Rasty se quita las bragas de Mai y va a la ciudad lamiendo y chupando su coño desnudo. ¡Presta especial atención al clítoris perforado de Mai, que sabe que duplicará su placer! Después de que Mai haya pagado el favor del sexo oral prolongado con una mamada cachonda y caliente, lleva las cosas al siguiente nivel. A horcajadas sobre el regazo de Rasty, la diosa asiática se desliza hacia abajo sobre su rígido rígido y luego se pone a trabajar. Sus caderas chocan y muelen mientras trabaja para su propio placer y el de Rasty. Cuando Rasty la acuesta boca arriba y comienza a golpear su jugoso agujero de mierda, Mia pierde el control y gime para correrse. Poniéndose de rodillas, Mia deja que Rasty la lleve al siguiente nivel una vez más antes de saltar de nuevo a su regazo para dar un último y salvaje paseo con el puto bastón de Rasty. Cuando finalmente está satisfecha, se pone de pie y comienza a chupar. Su boca suave y cálida y sus manos pequeñas y talentosas son justo lo que Rasty necesita para perder el control y se sonríe profundamente en la boca de Mia, donde se traga alegremente su salada esencia.